Del 27 al 30 de marzo tuvo lugar la V edición de la Feria Anarquista del Libro de Sevilla. Aprovechamos esta página de cultura para hablar sobre un espacio de debate ya consolidado, el origen de estos encuentros o ferias y su importancia dentro de lo que algunxs compas denominan «el paradigma libertario».
Desde los orígenes del movimiento obrero revolucionario —y del anarquismo en particular—, la lucha por la alfabetización y formación política entre compañerxs fue uno de los pilares fundamentales del proyecto de transformación social en marcha. La vuelta a la tortilla que entonces se percibía cercana, no era posible sin una preparación teórica de todxs y no solo de una vanguardia elitista, condición indispensable para una organización horizontal de la sociedad. Las herramientas fundamentales fueron las numerosísimas publicaciones —principalmente, órganos de expresión de sindicatos y ateneos—, así como las actividades que se organizaban en estos últimos, que iban de la alfabetización a los debates políticos; además, se incentivaba la literatura más realista, comprometida y humanista. También fue fundamental el trabajo individual de personas como Sánchez Rosas, educador racionalista, que con su autoeditada Gramática del obrero se pateaba las sierras y campiñas de la Baja Andalucía. Fruto de este ambiente de discusión y autoaprendizaje, el movimiento pudo evolucionar enriqueciéndose con ideas que iban más allá de la lucha de clases. La aparición en 1934 de la revista Mujeres Libres, que posteriormente dio pie a una organización específica, sin ruptura con el movimiento, sería un ejemplo.
Sin embargo, durante esta etapa no existían apenas editoriales ni ferias que se definieran como anarquistas: los libros eran un bien de consumo fuera del alcance de la mayoría. Los periódicos y revistas, así como los talleres de lectura, suplían esa carencia. En los primeros años de la dictadura sobreviven clandestinamente algunas publicaciones, incluso escritas desde la cárcel como fue Esfuerzo, voz desde dentro de presxs de las Juventudes Libertarias. Finalmente, a golpe de juicio sumarísimo, desaparecerían todas.
En el estado español, es inicialmente en los 70 y 80 —a través de fanzines y publicaciones más formales del ámbito, digamos que autónomo, como Bicicleta y más tarde Sabotaje, Ekintza Zuzena… o pequeñas editoriales como Queimada, así como un cierto resurgir de prensa confederal— cuando se empieza a reconstruir un espacio de debate colectivo donde luchas como la antimilitarista, feminista o ecologista tendrán una relevancia determinante. Ya en los 90, se consolidan varios proyectos editoriales como Virus o Traficantes de Sueños, por citar solo dos de las más conocidas. Desde entonces hasta ahora, ha ido aumentando tanto el número de ediciones como la cantidad de ejemplares dentro del espacio anarquista/autónomo, justo cuando aparentemente lo virtual debía hacer desaparecer el papel. Dentro de este largo proceso de construcción del pensamiento colectivo, las distribuidoras denominadas anticomerciales cumplirán un papel fundamental. Imposibles de cuantificar, las distris, normalmente vinculadas a la okupación, funcionaban a la vez como colectivos t como proyectos totalmente individuales, donde además la música tenía un papel importante. Son ellas las principales impulsoras de las ferias y, aún hoy en día, si bien hay menos, siguen siendo fundamentales para su organización.
En 1998 comienza su andadura la primera feria anarquista del estado, La Mostra del Llibre de Valencia —a la que luego seguirán Bilbao, Madrid, Barcelona, Salamanca…— inspirada inicialmente por la de Londres, la más antigua, que comenzó con 6 estantes a principios de los 80 y hoy alberga 100 puestos y recibe a más de 3000 visitantes al día. La nuestra, la de Sevilla, más modestita ya que hasta los maderos saben que «Londres no es Sevilla», surgió hace ahora 5 años. De una manera similar a las otras, pero con sus peculiaridades.
Las personas que forman la asamblea de la Feria Anarquista de Sevilla participan de manera individual al margen de los colectivos en los que funcionen habitualmente, no perteneciendo casi ninguna, curiosamente, a editoriales o distris. Esto determina que cada año se elijan los temas que conformarán la agenda de la Feria en función de la necesidad de discusión y formación colectiva, y no en función de las novedades editoriales; la llave para el debate son a veces documentales y no libros. Son así individuos, asumiendo como tales las responsabilidades, lxs que consensúan los contenidos. Anticarcelaria, contrahistoria, género, educación libre, violencia, arte/lucha, antidesarrollismo… son algunas de las temáticas abordadas. Por supuesto, luego se recurre a toda la red de compas, amigxs y centros sociales necesarios para llevarla a cabo.
Desde el principio se ha apostado por realizarla en dos espacios —a nuestro parecer cercanos, pero a veces distantes— como son el Centro Social Okupado Sinnombre, en el desaparecido barrio de San Bernardo, y el Centro Vecinal Pumarejo; puntualmente, también en la librería La Fuga. El famoso gueto es en realidad una percepción subjetiva de la comunidad de lucha en la que unx se desarrolla: cuanto más se fija unx en la identidad, más estrecha se puede volver, y eso vale tanto para anarcas, vecinxs o 15emes. Para nosotrxs, la identidad anarquista es una base común de afinidad, necesaria en Sevilla, pero desde la que partir al encuentro de otrxs compas con lxs que compartimos experiencias durante el resto del año.
Otro objetivo de la organización es contribuir a descentralizar la producción, edición y distribución de textos. Que en el sur, en general, se edite poco desde el ámbito anarquista, tiene que ver con las posibilidades de distribución, pero también con una mirada casi siempre al norte. Aunque, inevitablemente, la mayor parte de presentaciones vienen de Barcelona o Madrid, priorizamos lo cercano, sirviendo por ejemplo para estrechar lazos con lxs compas de Granada, donde existe una realidad más trabajada en ese sentido, como puede ser la labor de la Biblioteca Social Hermanos Quero. Además, a la hora de convocar a colectivos, distris y publicaciones, intentamos potenciar lazos en Andalucía, Extremadura, Murcia, así como el sur de Portugal, acorde con una visión internacionalista y descentralizadora.
Este año volvemos a convocar la Feria, ahora más que nunca, de jueves a viernes en el CSO Sinnombre, amenazado de desalojo por el ayuntamiento. Durante la semana anterior también organizaremos actividades en otros puntos de la ciudad para ir calentando.
Bueno, ya solo queda invitaros a que participéis en los debates planteados para este año y animaros a que montéis vuestra parada de libros, fanzines, documentales… para eso, os facilitamos nuestro contacto, así como el blog con la programación, que también encontraréis en la agenda de El Topo.
¡Salud!