En la sociedad capitalista, el trabajo es la causa de toda degeneración intelectual, de toda deformación orgánica.
Paul Lafargue
Trabajo es tortura de la Inquisición.
FRAC
Algún día el yunque, cansado de ser yunque, se convertirá en martillo.
Mijaíl Bakunin
Si les sobra y no reparten
¡Exprópiese!
Si no tienen vergüenza
¡Exprópiese!
Si actúan como cobardes
¡Exprópiese!
¡Exprópiese!, ¡exprópiese!, ¡exprópiese!
FRAC
El 7 de abril se celebró una fiesta antirrepresiva en Sevilla en beneficio de las seis personas de la Macarena en prisión preventiva por la ocupación de unas viviendas. La Fundación de Raperos Atípicos de Cádiz, FRAC, encabezó el cartel de los grupos que tocaron solidariamente en el evento. Visitaron Sevilla por esta causa y la redacción de EL TOPO tuvo la oportunidad de sentarse distendidamente con ellos a merendar en casa de Amparo y charlar sobre la situación de los circuitos alternativos de la música andaluza, la represión política y la autogestión, entre otras cosas. Aquí, el resultado de esta amena charla-merienda.
Si por casualidad, y muy remotamente, existiera aún alguna lectora de EL TOPO que no hubiera asistido a un conciero de la FRAC o no hubiera escuchado alguno de vuestros temas colgados en la web, ¿cómo le explicaríais qué es la FRAC?
La FRAC es un colectivo autogestionado —de música ecológica andaluza, libre de transgénicos y sin maltrato animal— que hace música con mensajes normalmente molestos para los malos. Ante todo financiado colectivamente porque, aunque viajemos mucho, somos unos obreros de todo esto y da pa lo que da. Se financia viajando, haciendo conciertos y mechandising, como otros grupos, pero la FRAC se diferencia en que también tiene una cuota militante, por eso decimos que es un colectivo. Hay un carné de miembro del grupo. Con el carné de militante los conciertos son gratis y hay descuento en merchandising. Pero realmente quien se saca el carné de militante de la FRAC no lo hace por los beneficios, lo hace porque cree en la autogestión y porque entiende cómo funcionamos la FRAC, que no nos vendemos. No intentamos entrar en circuitos donde quizás pueda ser más fácil ganar dinero pero también perder la dignidad.
Somos más un colectivo que un grupo; la FRAC no tiene fans, tiene militantes. La palabra fans no nos gusta. Venimos de una larga historia de autogestión del ocio, hemos estado implicados siempre en movimientos sociales, por eso la fórmula que terminó saliendo fue un grupo en forma de colectivo militante y por eso siempre nos salen movidas solidarias. Desde el año 2007 en el que empezamos, el grupo ha ido avanzando y según lo que nos iba saliendo bien hemos ido decidiendo por dónde tirar.
Hacéis música, rap, reggae, dub, dancehall con mucho ritmo de carnaval. Tenéis una puesta en escena con referentes identitarios andaluces. La madroñera de piconera, la camiseta de equipos de fútbol gaditano o los cuplés de carnaval, forman parte de vuestra identidad musical andaluza. ¿Cómo se explica que la FRAC tenga más bolos de la meseta para arriba que en Andalucía?
En el año 2016, la mitad de los conciertos fueron en Andalucía y la otra mitad fuera, alrededor de un 30% de estos en Cataluña y el Levante. Y en 2017 tuvimos directamente más conciertos fuera de Andalucía. Hay diferentes culturas territoriales, allí arriba hay una conciencia mayor de lo que es ser colectivo. Te viene un grupo de chavalxs de 19 años organizadxs y te proponen tocar y no te regatean el precio, tienen más experiencia en autogestión de la cultura y el ocio. Arriba es más fácil tocar en la calle, autogestionando una barra, por ejemplo, todo el mundo es consciente de que hay que consumir en esa barra. Obviamente hay más dinero, pero también tiene mucho que ver la cultura política, sin olvidar el uso que hacen del espacio público. En Andalucía no faltan espacios, pero faltan colectivos organizados que los usen, como ocurre en Cataluña con las fiestas populares. Aquí las fiestas populares son en casetas y no hay tantas casetas alternativas, posiblemente por el formato, porque se necesita solvencia para montarlas. En cambio, el espacio público no requiere de una inversión tan grande.
¿Y se entiende a un grupo gaditano allí arriba? ¿Entienden el carnaval?
Al principio piensas que no te van a entender, pero la verdad es que la gente termina entendiéndonos fuera, se interesan, preguntan e investigan sobre Andalucía a partir de nuestras letras.
Es verdad que el carnaval va con nosotros. En Cádiz cualquiera que se dedique a una disciplina artística en el carnaval le da la cara por algún lado. O hace algo en la calle, o sale en el teatro, sea del estilo de arte que sea, termina mezclado con el carnaval.
También hay que tener en cuenta, por ejemplo, que en Cataluña vas en el coche y pones la radio y hay cuatro emisoras que te ponen grupos que no suelen aparecer en radios comerciales y son grupos locales que después puedes ver tocando en las plazas de los barrios. Esa cultura musical, más allá de lo comercial, la tienen, y eso hace que puedan estar abiertas a entender nuestra música, incluso el carnaval.
Allí, en el circuito valenciano-catalán, incluso comercial, tienen un piquito de conciencia. La música algo social vende, hace dinero. Nuestro estilo no es tan marginal allí.
Además no hay una música identitaria catalana. Cuando llega un grupo andaluz, y allí el que más o el que menos tiene un padre o una abuela andaluza, nos escuchan. De primeras podemos parecerles exóticos, pero luego les rompemos estereotipos de lo que se vende como andaluz entre el cuñariado catalán y terminan investigando letras y viniendo a Cádiz.
En los últimos años, las autoridades españolas han investigado y procesado a varias personas que se dedican al arte por «enaltecimiento del terrorismo» y «humillar» a sus víctimas: los titiriteros, Valtonyc, Hasél o La Insurgencia entre otras. ¿Consiguen sembrar miedo entre la gente que hacéis música desde la disidencia política? ¿Habéis revisado vuestras letras alguna vez pensando en una posible represión?
No. Rotundo. Nosotros desde el principio, aun sin experiencia, no hemos escrito nada que nosotros hayamos sentido que no lo debíamos cantar. Siempre hemos andado entre la ironía y el doble sentido, que es algo natural tanto del carnaval de Cádiz como de nosotros. Es verdad que lo hemos hablado: ¿aquí que va a pasar? ¿Nos tocará a nosotros? Pero siempre creemos que no. Es que si nos toca a nosotros ya tiene que estar la cosa chunga. Aunque no todo el mundo entiende la ironía… y si algún día cae… pues habrá que sacar pecho. Yo creo que a Cristóbal Montoro le jode más que le digan tu puta madre al modo castellano, a que le digan gafacarvo al modo gaditano. La ironía gaditana por ahora nos hace de salvavidas.
En nuestro propio espacio de conciertos le hemos dado cabida a otros músicos represaliados y tenemos la precaución de revisarle las letras antes, claro (léase con ironía gaditana).
Que no revisemos nuestras letras no quiere decir que no nos preocupe la represión política a la libertad de expresión como a cualquier persona comprometida socialmente. Vamos a seguir haciendo letras hasta que caiga este régimen antidemocrático en el que vivimos. Muy recientemente hemos sacado el tema Los bordones son unos padrones… y nohotros disléxicos, donde rimamos las letras por las que han sido condenados otros músicos en muestra de apoyo como ya han hecho otrxs compañerxs.
Vamos a soñar un poquito: ¿qué panorama de la música andaluza sería el deseable? ¿Cómo sería vivir dignamente de la FRAC?
Para nosotros lo ideal no es tocar en grandes festivales, porque ahí se pierde la esencia y se pierde todo. Los grandes festivales, para los grupos que no están en primera línea, suponen trabajar gratis o casi gratis a cambio de promoción y que se reapropien de tu trabajo grandes marcas y empresas. Para nosotros el objetivo ideal es mejorar y reforzar el circuito alternativo en el que ya estamos. El circuito en el que estamos es casi calle, pequeños locales, fiestas de barrio, movidas sociales o con reporte social. Mejorar este circuito para nosotros sería mejor que subir a la champions league. Mejorar este circuito no es solo mejorar las condiciones de los músicos sino de todos lxs compañerxs que trabajan con nosotros, los técnicos de sonido o la gente que trabaja en las barras, que muchas veces están explotadxs en festivales. Buscamos dignificar este trabajo. En realidad se trata simplemente de mejorar las condiciones, ya no es por cobrar más dinero, es comodidad para tener el alojamiento, cierta logística y evitar tenerse que preocupar de cosas que al final son las que nos acaban quemando en el día a día cuando todas las semanas tienes que enfrentarte a tareas que, o las hacemos nosotros, o no se hacen.
¿Cómo hacerlo? Nosotros por ahora intentamos mantener un mínimo en nuestras condiciones; hay unos sitios donde las tienes que pelear más que en otros, lo hemos ido mejorando poquito a poquito. No entramos a competir precios, tenemos un repertorio propio, te puede gustar o no. Cuando tocamos para el lucro de negocios, por ejemplo, pues intentamos sacar más margen; cuando es para temas sociales pues, por supuesto, el margen es menor. Intentamos buscar un cierto equilibrio sindical que ponga en valor nuestro trabajo. A nosotros nos parece bien que la gente que pueda tocar gratis lo haga, lo que preferimos es que lo haga para movidas sociales y no en espacios que son negocios con un fin de lucro. Y dejen ese espacio para los grupos que quieren ganar algo. Si tú quieres tocar siempre van a existir eventos y colectivos que lo necesiten y espacios que siempre van a aceptar que se toque gratis, pero hay que ser consecuentes. Tocar gratis en un festival que en el que te ponen publicidad de ron en el escenario, no tiene ningún fin social. El Sindicato de Músicos de Cataluña denuncia estos abusos de los macrofestivales y pelea un salario mínimo que tienen establecido en 114 € por persona, lo cual cubriría dignamente todos los gastos de seguros sociales. Aquí yo creo que nos valdría casi la mitad… Es muy necesario un sindicato de músicxs y técnicxs de sonido en Andalucía para dignificar las condiciones de este circuito en el que nos movemos. En eso estamos.
Bueno, pues ya casi terminamos, que hay que tirar para la sala a tocar al festival antirrepresión. Antes de ir a por los caracoles, ¿qué más le dirías a lxs lectorxs de EL TOPO?
Sabemos que las lectoras de EL TOPO son personas conscientes y con pensamiento crítico, así que les pedimos que sean consecuentes y que cuando vayan a festivales piensen en los grupos que se mantienen al margen de los macroeventos y que se mueven en circuitos alternativos. Que se apoye la autogestión porque es la única salida digna a este horror de sistema en que vivimos. Lo creemos firmemente.
Si te gusta el rap, Cádiz, el reggae, la identidad como resistencia, el fútbol de barrio, los dobles sentidos, el dub, la dignidad de en mis jambres mando yo, la ironía, la crítica sin censuras, el carnaval, el dancehall y la autogestión, te gusta la FRAC. Para saber más de la FRAC, escuchar todos sus temas y hacerse militante, razón aquí: https://www.frac2007.es/