No me toque el carnaval, Kichi, por mi mare de mi alma, que bastante nos hemos mordío las uñas este febrero del 21 sin coplas ni callejones, sin pasacalles ni romanceros, sin cuplesitos ni coloretes; como pa que ahora venga tú a ponerme el carnaval casi en verano; por tu pare de tu alma, que lo que le falta a Cádiz con el turismo es mezclarlo con los carnavales, que cualquier año de estos vamos a tener mesetarians de abril a noviembre y esta ciudad ya no aguanta más. Este verano ha sido el terror con los guiris por la Tacita y será culpa nuestra por haber presumido tanto con nuestras letrillas por febrero; será culpa nuestra por comerle el tarro a todo quisqui, poniéndole el repertorio completo de Los Ángeles Caídos a cada lituano, irlandés o vasco en nuestros muchos exilios laborales. Cádiz no tiene trabajo de nunca y ahora resulta que tampoco tiene verano. Lo que yo no puedo tolerar, Kichi de mi vida y de mi corazón, es que ahora nos quedemos sin carnaval.
Porque un carnaval en junio ni es carnaval ni es na. Los ritos son los ritos y las tradiciones, tradiciones; y el carnaval es por febrero (que rima con «mi corasón entero» y con «Cadi como tesquiero», para gusto de comparsistas y otros poetas) y no puedes venir ahora a cambiar nuestras rutinas y hacer como si nada, o, peor, esperar que hagamos como si nada, que nos adaptemos a todo (cosa que, en verdá y por desgracia, es tela de gaditana) y que nos callemos la boca. Yo espero que la arcardía no te haya obnubilao la vista y no te hayas sorprendido ahora del golpetaso encima de la mesa que han dado romanceros, chirigotas callejeras y otros personajasos del verdadero cuarto poder gaditano. ¿De verdad pensaste en algún momento que mover un rito de fecha no iba a alterar nuestros chakras ni nuestras cosas? ¿Cómo carallo (en honor a la Sereníssima) quieres que bebamos vino dulce con 34 grados a la sombra en verano? ¿Con qué leches esperas que el poeta tipical gaditaner rime junio? Y a ver quién coño se viste de foam con la calor y to sus muertos.
Aún estás a tiempo de recular, Kichi de mis entrañas, porque con el noventaytanto por siento de la población vacunada (que rima con gaditana) y con menos contagios por covid en una semana de los que hay de la enfermedad del beso en cualquier noche de la carpa, lo suyo es recular. De la nueva política yo ya me espero poco (tú te hase a la idea): no espero ni ocho años de mandato en pos de la demos gaditanus; no espero leyes que protejan al gaditane medio del turismo atronador que le expulsa de su tierra; no espero un desplante al rey (aunque sea chiquito) ni que siga yendo a los plenos en camiseta de publicidad del LIDL o Cocacola en honor a la auténtica vestimenta real de la gaditanísima plana mayor. Tan solo espero, de un comparsista como tú, que trague orgullo y devuelva nuestro rito a donde toca, ordenao ahí con la Luna, con la Semana Santa y con to sus avíos. Y si no me va a hasé caso y lo va a dejar en junio, no lo llame carnaval. Seguro que aún puedes usar aquello de Fiestas Típicas Gaditanas de unas cuantas décadas atrás. Viva Cadi.