INTRODUCCIÓN
Eres luchadora de toda la vida, contra Franco, contra las miles de muertes inocentes en el estrecho de Gibraltar, contra los tendidos de 400 000 voltios a la puerta de tu casa, contra la guerra. Contra LOS MUROS. Y en estos momentos luchas contra el MURO de vivir en el vacío. Se te ha muerto tu hijo Íñigo cayendo de un helicóptero de salvamento marítimo, ahogado en el mar Mediterráneo y aún no sabes dónde se ha podido esconder. Y escribes. Para conjurar al ahogo. Nieves García Benito, profesora de Historia y escritora y guionista. Militante. La que grita. Porque la injusticia, el peligro y el miedo van a estar para siempre jamás entre los hombres y mujeres de este mundo.
LA INJUSTICIA
Hay una isla de los niños perdidos donde Peter Pan visita a sus amigos. Que es ficción porque está en todas partes y en ninguna. Peter, inadaptado que suelta amarras y vuela. Ayer, 17 de octubre, el portavoz de una ONG dice que desde el 1 de enero de 2015 hay 5300 niños, menores les llaman, perdidos por Italia, desde Lampedusa hasta los Apeninos. Dice. Y suelta números de niños perdidos que escucho como un mantra. 1000 en Reino Unido, 3000 en Alemania… quito la voz a la pantalla y aparece un partido de fútbol ¿Estará la isla de nunca jamás de Peter dentro de las ondas digitales? ¿En las analógicas? Vuelvo a conectar la guía del mando por si saliera un canal con un logotipo en colores donde los niños volaran. En minutos encuentro uno con un logotipo de niños en blanco y negro. Resulta que es de pago.
EL PELIGRO
Hay un mar Mediterráneo. Donde se suben a pateras, barcos de pesca y zódiacs miles de hombres, mujeres, niños y niñas con una mano a la que agarrarse, o sin mano, y bebés. Desde los troncos de madera perdidos ven los ferris Tarifa-Tánger, los ferris Turquía-Grecia… que atracan en la otra orilla. Los que se ahogan, nada ven. A los troncos de madera cuesta atarse porque ninguno es Ulises, el amigo de las sirenas, y los niños se van con ellas. Aunque a algunas se les resbalan cuando les dan de mamar entre las algas. No importa. Los rescatan soldados, policías, periodistas, quien pasee por la orilla, para enviarlos al canal de los niños perdidos.
EL MIEDO
Hay un invierno en los montes Balcanes muy cerca del conde Drácula de Bram Stoker, el que bebía la sangre de los que pasaban por allí sin ajos ni una cruz en su mochila. Cada vez con menos sangre, se caían, mareados. Y los lobos del conde les roían los huesos sin quedar ni para un análisis de ADN al cabo de los años, cuando una investigación de laboratorios farmacéuticos encontrara las claves de su muerte, posiblemente un suicidio. O que, en años, se siguiera averiguando el genocidio nazi convirtiéndose en noticia que alimentaban a lobos con cuerpos vacíos de judíos desangrados. Hay un invierno en 2015 por los montes Balcanes donde no se encuentra leña, porque no hay trigo limpio1 y en los restos de la era no arden las pajas corrompidas. Y el frío se hace miedo incrustado en seleccionadas imágenes del canal digital de los hombres perdidos. Apago el televisor y refugio mis pies helados en la calefacción de Iberdrola.
CONCLUSIÓN
UNA:
Sabes que el papa, no el papá, de Roma se llama Francisco, nombre de dictador y currante andaluz. Francisco, vestido de blanco como una novia, se asoma al balcón de la suite romana donde vive contando palabras como si escribiera un artículo, haciendo números como si resolviera un problema de matemáticas y, dice en un italiano casi nativo, porque es posible que sus abuelos argentinos fueran hijos de los Apeninos a los Andes: «Cada parroquia católica del mundo debe acoger a una familia de refugiados». Los que vagan zombis por los montes y los mares como un desfile organizado. Francisco no habla de trigo limpio. Sólo de amor. Francisco tiene una plaza con dos pasajes de columnas (284 de 16 metros cada una) que se abren simbolizando el abrazo de acogida de la Iglesia. Cada estatua de santo corresponde a una columna y representan a la Iglesia triunfante frente a la Iglesia militante. A manos llenas, Francisco, sería una buena idea que entre columna y columna construyeras un apartamento adosado con luz, agua y calefacción y los alquilaras a precio de VPO, a los organizados zombis, da igual en la calle triunfante o en la militante.
DOS:
Estás observando últimamente que están de moda los perros-compañía, y se entiende en esta soledad tan extrema en que vivimos. Sí. Mujeres ancianas muy solas. Hombres que pasean e hilan la hebra con el pienso de sus perros. Jóvenes sin mascota acudiendo a concursos para encontrar la colección de sus vidas. Un perro es bueno porque siempre te quiere. Antes, en los tiempos opulentos, una mujer anciana y europea lleva agarrada de su brazo a una dama de compañía, institutriz para viejos. Ahora, una mujer sudamericana con hijos por los Andes o polaca o ucraniana con hijos por los Urales es la institutriz de las damas. Los montes son muros naturales, casi todos. Los MUROS son construcciones. Desde Ceuta y Melilla hasta Gaza en Palestina, en Texas por Nuevo México, hasta China por Hungría. En los bajíos de un muro iban a mear los perros. Ahora no, porque se hieren con las concertinas. Pobres perros, ¡qué concierto! Mejor que entren en casa para hacernos compañía. ¡Si son como refugiados!
1 El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, se pregunta el 14/10/15 en el desayuno informativo Forum Europa, Tribuna Mediterránea: «¿Esta invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio? ¿Dónde quedará Europa dentro de unos años? Hoy puede ser algo que quede muy bien, pero realmente es un caballo de Troya para Europa. ¿Vienen solamente porque son perseguidos?».