La Universidad Rural Paulo Freire Serranía de Ronda (URPF) es una organización desde la que trabajamos por la dignificación del medio rural. Las personas que la conformamos venimos del mundo de la educación, el desarrollo local y la militancia activa en movimientos feministas, ecologistas y organizaciones campesinas.
La URPF y el Feminario. La dimensión rural y la sostenibilidad
A lo largo de nuestra trayectoria hemos entendido que en cualquiera de estos ámbitos el posicionamiento feminista es una necesidad. Nuestra práctica es sencilla, responde a las necesidades que sentimos, a lo que nos afecta como mujeres con planteamientos críticos. Creemos que el feminismo tiene que estar en nuestra práctica, en las acciones que desarrollamos.
El proyecto de URPF es educativo, y entendemos la educación como clave para aprender a ver e interpretar la realidad para su transformación. Nuestra labor tiene muchas dimensiones, tratando siempre de ser un proyecto integrador de la realidad rural que vivimos, realizamos trabajos de investigación, dinamización, formación, sensibilización, etc.
La URPF contempló en su momento la necesidad de crear un Feminario como espacio de encuentro y debate desde el que trabajamos para conseguir la visibilización de las mujeres del medio rural, nuestra realidad y nuestra historia. Para nosotras, la posición feminista es una necesidad de justicia, reconocimiento y valorización de los trabajos y los saberes de las mujeres del medio rural. Desde nuestro planteamiento feminista, por supuesto reivindicamos derechos, pero además tenemos la actitud de ir construyendo un feminismo rural, con referencia a muchos de los planteamientos ecofeministas, además de compartir las propuestas feministas de los movimientos campesinos e indígenas del mundo.
Tenemos la visión y la convicción de que la vida campesina tiene mucho que aportar a los cambios necesarios para una vida de mejor calidad y mayor sostenibilidad. Y por eso trabajamos con la experiencia y el conocimiento de las mujeres campesinas y rurales que llevan consigo muchos conocimientos tradicionales y estrategias de las que tenemos que aprender, pasándolos siempre por un tamiz crítico para que no se reproduzcan esquemas injustos. Una referencia importante de esto nos la aporta lo que llamamos economía rural o economía campesina, que considera a las personas y la vida el centro, un planteamiento que forma parte del feminismo y del ecologismo. También tratamos de generar procesos de discusión entre las personas de nuestro territorio para ir construyendo el mundo rural vivo que queremos, donde todas tenemos algo importante que aportar.
Los foros feministas rurales
Y con todo esto en nuestro ser, en nuestro pensamiento… organizamos los foros feministas. Somos conscientes de los nuevos activismos y feminismos plurales que tienen mucha presencia actual en el mundo urbano. Pero el nuestro es un feminismo para mantener el mundo rural vivo, porque «trabajamos sobre los saberes de las mujeres campesinas, conocimientos en torno a la alimentación y su gestión, sobre economía feminista, oficios de mujeres que se van perdiendo pero que tiene sentido recuperarlos de cara al futuro… Eso es una manera de ir construyendo feminismo, aunque muchas de las mujeres con las que trabajamos no se consideren feministas».
La dimensión rural de nuestra experiencia tiene que ver con nuestra vida, con nuestra trayectoria, y desde nuestro sentir como feministas rurales, nos planteamos organizar cada año los Foros Feministas Rurales. Los proyectamos con una doble vertiente, por una parte es una forma de traer a nuestro territorio el discurso y la práctica feminista que se está construyendo a nivel global, generando así nuevas discusiones y visiones. Y por otra, es una forma de visibilizar ante otros movimientos feministas la realidad rural que vivimos las mujeres.
Un recorrido por las temáticas de los distintos foros feministas puede reflejar las preocupaciones y los aspectos que vamos incorporando a nuestra actividad en el territorio en relación al feminismo: mujeres rurales y la economía feminista, pues trabajamos por poner la economía al servicio de las personas, con una lógica que contemple los cuidados; mujeres rurales y ecofeminismo, entendiendo que el sistema económico, igual que abusa de los bienes naturales, abusa del trabajo de las mujeres, y desde estos parámetros analizamos nuestras realidades; mujeres rurales y salud, partiendo de un concepto de salud basado en el cuidado y en la calidad de vida; mujeres rurales y educación emocional, pues nos preocupa que mujeres y hombres seamos educados emocionalmente de formas diferentes, y esto provoque posiciones de desigualdad que nos hacen afrontar la vida de forma que las mujeres tendamos a una situación de inferioridad emocional; mujeres rurales y soberanía alimentaria, es uno de nuestros signos de identidad, estas dos luchas van unidas; o mujeres rurales y movimientos sociales, pues consideramos que, al igual que lo hacemos nosotras, la mirada feminista hemos de incorporarla en los movimientos a los que pertenecemos para generar verdaderos procesos de transformación social.
En el grupo del Feminario, durante todo un año trabajamos una temática, tras haberla elegido, consensuado y argumentado. Intercambiamos materiales, lecturas, experiencias en relación al tema. Y buscamos y contactamos con personas que sean referencias estatales en el campo elegido. Cada año lo hacemos en un pueblo diferente de nuestra comarca. Y normalmente las partes o espacios que proponemos son: documentales, ponencias de referencia, mesas de experiencias, talleres sobre el tema y una representación teatral para cerrar.
Con los foros conseguimos entre todas acercar al medio rural temáticas y perspectivas que se están reflexionando en diferentes colectivos y espacios, facilitando intercambios de experiencias de mujeres de todo el territorio estatal. Sensibilizamos sobre temas fundamentales para avanzar en nuestros pueblos y acercamos el mundo rural y el mundo urbano.