Aunque parezca mentira, en nuestra Andalucía todavía queda alguna fábrica de esas de plantilla con monos azules. Extruperfil es una factoría situada en Dos Hermanas, donde fabricamos carpintería de aluminio para la edificación, tanto para perfiles como para cerramientos. Unos productos especialmente importantes, por ejemplo, para aislar bien nuestros edificios y ahorrar así energía en la mitigación del cambio climático.
La lucha de la plantilla de Extruperfil viene de lejos. Ya en febrero de 2014 decidimos (en asamblea de trabajadores) convocar huelga tras la negativa de la empresa de abonar cinco salarios pendientes. Tras dos semanas de huelga, la empresa presentó un calendario de pago de los salarios debidos. Sin embargo, a los pocos meses, la empresa incumplió el calendario de pago y presentó un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) de reducción de la jornada laboral de un 50% y reducción salarial de un 60%. Frente a este abuso, fuimos de nuevo a la huelga y tras 28 días conseguimos que la empresa retirase la reducción salarial del 60%, dejase la reducción de la jornada laboral en un 25%, abonase dos nóminas a la firma del acuerdo, respetase el calendario de pago y abonase la mitad de los días de huelga.
En septiembre de 2014, la empresa volvió a sorprendernos presentando esta vez un ERE extintivo de 23 puestos de trabajo, todos de la sección sindical de CC. OO. Tras un buen trabajo junto a los servicios jurídicos, conseguimos tumbar el ERE por un defecto de forma, y la empresa amenazó con que «si no se firmaba presentaría un ERE de mayores consecuencias». En octubre, la empresa cumplió su amenaza y presentó un nuevo ERE de extinción de 41 puestos de trabajo. El comité de empresa decidió convocar una huelga parcial diaria de dos horas por turno de trabajo, y la empresa dejó de abonar las nóminas.
En enero de 2015, la empresa ejecutó los despidos, y desde la plantilla fuimos a huelga indefinida, exigiendo la reincorporación de los compañeros y el abono de los cinco salarios atrasados. Tras 64 días de huelga llegamos a un principio de acuerdo con el pago de las nóminas atrasadas y la readmisión de los 41 compañeros despedidos. Para subsanar la poca liquidez que argumentaba la empresa, los trabajadores entraríamos en un ERTE de suspensión de cuatro meses de trabajo, divididos en dos turnos, y la empresa, en contraprestación, se comprometía a no presentar más despidos. Sin embargo, en septiembre de 2015 de nuevo la empresa volvió a incumplir lo acordado: presentó otro ERE de extinción de 30 puestos de trabajo y la reducción de la jornada en un 25% al resto de plantilla. Por lo que el 17 de noviembre vamos de nuevo a una huelga indefinida que dura hasta hoy, cuando escribo este artículo.
Durante las negociaciones con la empresa hemos descubierto, por ejemplo, una trama financiera que vende por debajo de costo a otras empresas del mismo dueño, causando descapitalización, desaparición de material de los inventarios, etc. Ahora, estamos a la espera de que el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Sevilla se pronuncie sobre el ERE. Creemos que nos dará la razón, pero no nos fiamos de esta justicia que solo apoya a los grandes capitales y empresarios, en contra de la clase trabajadora. Por eso aún mantenemos la huelga hasta que no se anule el ERE y se respete el empleo en nuestra fábrica.
Nuestra lucha siempre se lleva de forma asamblearia, desde abajo, buscando la unanimidad de la plantilla y la unidad sindical, al mismo tiempo que actuamos de forma dialogante y combativa, por ejemplo, con acampadas permanentes a las puertas de la fábrica. Quizás por esta manera de movilizarnos, y por nuestras justas reivindicaciones, estamos recibiendo una gran solidaridad por parte de colectivos sociales, trabajadores de innumerables empresas, diferentes partidos políticos, etc.
Estamos demostrando que la lucha sirve, que tenemos dignidad, que no podemos dejarnos pisar el cuello por los que se creen que pueden jugar con nuestras vidas.