Amazon es una empresa estadounidense que se instaló en el Estado español en 2012 con la apertura del centro de distribución central de San Fernando de Henares. En la actualidad, cuenta con más de veinte centros operativos en todo el territorio.
El centro de San Fernando de Henares ha establecido sus condiciones laborales con un convenio propio de centro que finalizó su vigencia el 31 de diciembre de 2017. Con el fin de renovar este convenio, iniciamos negociaciones con la empresa en noviembre del 2016. Una negociación muy lenta y pausada por parte de la empresa, que daba la sensación de no tener interés alguno en llegar a un acuerdo. Tras veinte meses de negociación, se originó el conflicto actual cuando la empresa decidió de forma unilateral romper las negociaciones y dejar de aplicar el convenio actual para aplicar el convenio sectorial y algunas mejoras que consideraron unilateralmente. En la práctica, esta decisión conllevó algunos recortes en las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras del centro. Recortes en complementos de incapacidad temporal, aumento de jornada —perdiendo quince minutos de tiempo de bocadillo como trabajo efectivo—, desaparición de categorías profesionales y rebaja en el complemento de nocturnidad. Por otro lado, plantean recortes de salarios en algunas categorías profesionales que la empresa pretende hacer desaparecer, realizando estos trabajos el personal de categoría inferior, a salarios inferiores.
Lógicamente, la representación de la plantilla no puede permitir que Amazon recorte derechos con el objeto de seguir enriqueciéndose y ganando en productividad a costa de nuestro esfuerzo y de nuestra salud. Este conflicto se originó en marzo de 2018, y desde entonces hemos convocado dos huelgas, una en marzo con una duración de dos días y otra en julio, de tres días. Ambas huelgas han contado con una gran participación de la plantilla, consiguiendo la primera que parase un 98% del centro de trabajo. La plantilla en huelga hemos recogido una gran muestra de apoyo, de cariño y solidaridad por parte de la ciudadanía y de destacados grupos y asociaciones de ámbito nacional e internacional, así como el apoyo incondicional de los sindicatos.
Debemos destacar la lamentable actuación de la policía en la última huelga de julio, que realizó cargas totalmente desmesuradas en contra de la plantilla que estaba ejerciendo su derecho a la huelga. A fecha de hoy, no hemos recibido explicación alguna por parte de las autoridades sobre esa intervención.
En la actualidad el conflicto sigue abierto. Tras las últimas jornadas de huelga, la empresa multinacional volvió a reabrir la mesa de negociación para ofrecer una solución con un calendario que llega hasta finales de agosto. La representación de la plantilla sigue buscando soluciones que den por finalizada una disputa iniciada por la avaricia de la empresa, y que dura ya demasiado tiempo.
Este conflicto nos debería hacer reflexionar sobre la actuación en materia laboral de estas grandes empresas que realizan grandes inversiones de inicio en los países donde se implantan: intentan no reconocer las normas laborales nacionales e imponer aquellas que les favorecen. A largo plazo buscan precarizar el trabajo en sus instalaciones y romper las normas que mantienen una mínima estabilidad en el empleo del mercado laboral. Además, estas multinacionales terminan hundiendo a las pequeñas empresas locales que no pueden competir exitosamente en un mercado altamente desregulado.
Deberíamos empezar a desconfiar de aquellas grandes multinacionales que prometen crear empleo a toda costa, sin importarles las condiciones y la salud de las plantillas. El tiempo dirá si el esfuerzo y nuestra lucha, la de los trabajadores y trabajadoras de Amazon en San Fernando de Henares, le pone freno a estos depredadores comerciales que cuentan con el apoyo del Estado y su policía. Puede parecer David contra Goliat, pero quienes hacemos que la empresa funcione día a día somos la plantilla con nuestro trabajo. Nuestra lucha es una lucha más que debe confluir con las de otras plantillas que se enfrentan también a la precariedad en otras multinacionales como Inditex, Globo, Deliberoo, Telefónica y sus subcontratas, etc.
¡El pueblo unido, jamás será vencido!