En Italia, el Movimiento 5 Estrellas ha ocupado, en los últimos años, el espacio político que algunos definen como anticasta y otros como antisistema. Participó en las últimas elecciones nacionales de 2013 por primera vez y recogió 8,7 millones de votos (25% del total), lo que lo situó por pocos votos como segundo partido después del PD1. Sin embargo, ¿qué es en realidad este movimiento que aunque está en el parlamento no quiere definirse como partido? Intentamos abordarlo aquí con el objetivo de ir más allá de las definiciones simplistas de los grandes medios de comunicación que hoy dividen el mundo en dos categorías: el orden constituido y el populismo.
El fundador del movimiento se llama Beppe Grillo. Es un actor cómico que hasta los años 80 trabajaba en la televisión pública italiana, la RAI, que abandonó definitivamente en el 1993. Desde entonces empezó a recorrer los teatros italianos con sus propias actuaciones: una mezcla de sátira humorística, cabaret y pedagogía popular. Sus espectáculos hablaban de energías alternativas, de los robos de los bancos y de las grandes transnacionales.
Aunque sus espectáculos eran muy caros, los teatros se llenaban siempre. En 2007 organizó una recogida de 350 000 firmas para apoyar tres leyes de iniciativa popular que entregó al parlamento en bicicleta, utilizando su blog (que en poco tiempo se convirtió en uno de los blogs más seguidos del mundo) y organizando los vaffa-day2.
Nadie había prestado antes atención a esas propuestas, ni a todas las demás propuestas de ley de iniciativas populares provenientes de distintos sectores sociales, por ejemplo las de la tasa a las transacciones financieras (tasa Tobin) o la gestión pública del agua, entre otras.
En medio de los escándalos sexuales de Berlusconi, de una izquierda derrotada, de un partido supuestamente de centro-izquierda más neoliberal que la derecha, el Movimiento 5 Estrellas ha recogido un consenso de gente muy diferente. Conceptos como «poder ciudadano», «que se vayan todos», «fuera la casta da las instituciones», «transparencia en la política», «no somos de derechas ni de izquierdas» han capturado el deseo de cambio de la masa, creando un imaginario de nuevos parlamentarios revolucionarios y llevando hasta las instituciones a las nuevas generaciones. Para la mayoría de ellos, hasta el día antes de ser electos, la política no era más que una tertulia en la televisión. Una revolución basada en dos conceptos clave y reiterados infinitas veces: 1) ser honestos; 2) ser ciudadanos contrapuestos a la casta de los políticos que son todos unos corruptos.
Los grillini3 ignoran que nunca se ha llevado a cabo una revolución desde los palacios del poder y que pretender practicar una democracia directa en un sistema de democracia representativa es una contradicción ontológica. «No creemos que la democracia representativa sea buena, pero si nosotros estamos en la institución entonces es democracia directa, porque solo nosotros representamos a la ciudadanía».
Una visión fruto del individualismo y del egocentrismo que domina nuestro tiempo que va mucho más allá del movimiento de Grillo. Además, ¿a qué ciudadanos exactamente pretende representar el movimiento? En ausencia de marcos ideológicos definidos, ¿cómo se reparten y distinguen los ciudadanos?
La tendencia que se ha puesto de manifiesto en muchas de sus afirmaciones es muy simplista: quién cumple con la ley y quién no, una postura genéricamente legalista que ha provocado —en Roma, por ejemplo, donde el Movimiento por el Derecho a la Vivienda ha ocupado decenas de edificios en los últimos años— una fractura entre el Movimiento 5 Estrellas y los movimientos sociales.
La falta de profundidad política de su líder y de la mayoría de los parlamentarios no les permite un análisis más profundo y una postura clara frente a la verdadera estructura del poder. Si, por un lado, se acusa a los bancos de saqueos y robos; por el otro se pone constantemente el conflicto por encima de los demás políticos, desviando continuamente la atención de la raíz del problema que se pretende enfrentar.
Seguramente, el Movimiento 5 Estrellas no pretende representar a los miles de emigrantes que viven o quieren vivir en Italia. Grillo siempre ha tenido una postura muy conservadora frente al tema de la inmigración, lo que supone un dato importante en el contexto de confusión postideológica que vivimos: es un indicador claro entre un movimiento que se inspira en valores de igualdad y otro que reproduce el modelo exclusivista, basado en las fronteras capitalistas de un mundo donde el dinero es lo único que se mueve libremente sin controles ni límites. Los integrantes del Movimiento tienen posturas muy diferentes ante este asunto, que no forman parte en modo alguno de su programa electoral.
Otro hecho a resaltar es que en el Movimiento hay una total ausencia de mecanismos democráticos internos. «Movimiento 5 Estrellas» es una marca registrada propiedad de Beppe Grillo. Algunas decisiones de los miembros del Movimiento se toman a través de encuestas por internet sin ninguna transparencia ni control. No hay congresos donde se elija al jefe del partido o a miembros de una coordinadora. Recientemente, Grillo ha nominado una dirección de personas a su discreción. Desde el inicio de la legislatura, 26 parlamentarios han sido expulsados del partido, a veces con un juicio popular en internet que recuerda mecanismos políticos primitivos, o se han marchado debido a la falta de democracia interna.
Hay también cosas que debemos reconocerle a este movimiento: haber desnudado al rey. Su aparición forzó a Berlusconi y al Partido Democrático a pactar oficialmente después de años de falsa pelea y trabajo en común por debajo de la mesa. Gracias a ellos se ha hecho público que el Partido Democrático votó sistemáticamente durante 20 años la elegibilidad de Berlusconi, que como titular de concesiones públicas (de frecuencias televisivas) nunca hubiera debido ser elegible según la ley. Además, tiene el mérito de haber ejercido una dura oposición en defensa de la Constitución y, en más de un caso, del interés general público. El movimiento ha planteado también el debate de la renta básica y ha abierto un canal entre el Parlamento y la sociedad civil que estaba totalmente cerrado desde años.
Concluyendo, como todos los fenómenos políticos nuevos, también este movimiento merece un análisis lúcido fuera de la contraposición instrumental de los distintos actores en juego. Siempre considerando la anomalía italiana, que en la última década parece haber redescubierto la comedia del arte, esta vez no de manera artística, sino como guión de su historia política institucional.
1 Partido Democrático, resultado de las múltiples secesiones, transformaciones neoliberales y fusiones de otros partidos de centro con el antiguo Partido Comunista Italiano tras de la caída del Muro de Berlín.
2 Día de iros a tomar por culo, referido a los políticos.
3 Como se definen los seguidores de Beppe Grillo.