¡Ya llegó la noticia! El Ayuntamiento de Sevilla parece haber entendido por fin la importancia de la antigua fábrica de vidrios La Trinidad, tanto por sus valores patrimoniales como por su gran potencial de servicio a la sociedad, y esos magníficos edificios y ese espacio urbano, sitos en la avenida de Miraflores, contarán con un nuevo plan urbanístico que salvaguarda todo el bien (gran parte del cual se preveía demoler).
Un gran paso este para el que la ciudadanía organizada ha tenido que emplear(se a fondo) ¡ocho años, ocho!… ¡Pero qué gobernantes padecemos!…
Por su parte, la Consejería de Cultura tiene aún pendiente la ampliación del ámbito protegido del inmueble. Pero todo llegará.
Venimos defendiendo que la recuperación de este complejo fabril sería un buen revulsivo socioeconómico para su barrio, que lo necesita. Con propuestas como la de crear un centro cívico —pues los más cercanos están lejos—, una escuela taller del vidrio artesanal —como salida laboral para los maestros vidrieros con que aún contamos y para mantener unos saberes en peligro de desaparición— y un centro expositivo sobre estas técnicas y productos.
Seguro que también habrá que batallar para hacer efectiva la recuperación del bien. Pero todo se andará.